Ante imágenes y videos del funeral de don Pablo Marchant, realizado en la comuna de Lumaco, en que se aprecia a adultos portando y usando armamento en el mismo sitio en que se encuentran niños, niñas y adolescentes, como Defensoría de la Niñez no podemos pasar por alto la grave normalización de la violencia que expresan dichas acciones y el consecuente riesgo inminente de que el uso de armas exponga las vidas de estos NNA, afectando, además, severamente su desarrollo integral.

Hemos pedido al Ministerio Público la rápida y efectiva investigación de estos hechos, que no solo involucran la comisión de delitos, sino que atentan contra el interés superior de niños, niñas y adolescentes allí presentes.

Niños, niñas y adolescentes mapuche merecen dejar de ser víctimas de la violencia que existe en su entorno; de aquella que indebida y sistemáticamente han ejercido en su contra, por años, agentes del Estado chileno, como también de la que quienes se relacionan directamente con ellos y ellas pudieran provocarles con actos como los que hoy hemos conocido, respecto de los que también se debe intervenir para que dejen de producirse.